Cada vez son más las mujeres que buscan incorporar hábitos naturales para
mejorar su calidad de vida. Alimentos orgánicos, ejercicios
diarios y rutinas anti estrés forman parte de la lista, pero también una mayor
conciencia sobre los productos de belleza que se utilizan diariamente
está cada vez más presente en los consumidores.
La cosmética con conciencia ambiental, o biocosmética ya está aquí; y es una tendencia con una presencia cada vez más global. Aquí encontrarás algunas preguntas y respuestas básicas sobre esta rama de la industria de la belleza.
¿Qué es la biocosmética?
La
biocosmética hace alusión a aquellos productos para la piel cuyos
ingredientes naturales son producidos y recolectados a través de métodos
orgánicos.
¿Dónde y cómo surge esta tendencia?
Viene desde Europa, y nace a partir de la creciente atención a la salud y el bienestar, el aumento de las alergias, y la preocupación por la seguridad de los
innumerables productos químicos a los que estamos expuestos. Los consumidores no sólo quieren comer alimentos orgánicos, sino que buscan que todo lo que toque su piel sea amigable con el medio ambiente.
¿Cuáles son sus beneficios?
Los
ingredientes de origen natural prometen la misma eficacia que las
fórmulas tradicionales pero con varios extras: más respeto y mayor tolerancia de la piel, además de mejores resultados.
¿Cuándo un producto es considerado “bio”?
Los
cosméticos naturales, como los biocosméticos, son elaborados con
ingredientes vegetales, pero para que un producto sea considerado "bio" es
necesario que al menos el 95% de sus ingredientes sean de origen
natural, y que al menos un 10% de sus componentes provengan de
agricultura biológica.
Más aún, los ingredientes de origen natural deben
ser compuestos vegetales (nunca animales), provenientes de cultivos
biológicos en los cuales no se empleen aditivos, como pesticidas o
fertilizantes químicos (en todo el proceso, desde la preparación de la
tierra, la siembra, la recolección, la destilación, y hasta en el
laboratorio). Además, para la elaboración de los biocosméticos se deben
emplear procedimientos totalmente naturales.
La fabricación, almacenamiento y transporte de estos productos debe
generar un mínimo impacto; no deben contener conservantes,
colorantes, siliconas ni productos artificiales; ni ser sometidos a
control en animales.
¿Por qué es importante que un laboratorio se interese por los nuevos procesos?
A menudo, olvidamos que la piel actúa como filtro y barrera de
nuestro organismo, y que muchos productos químicos pasan esta barrera y
se acumulan en el cuerpo. Por ello, frente a la cosmética imperante –en
la que intervienen algunos productos químicos nocivos para la salud– esta
tendencia se presenta como una excelente alternativa.
Las
sustancias vegetales y biológicamente cultivadas que se utilizan
estimulan la capacidad natural de la piel para recuperarse, y no suponen
una agresión para el frágil equilibrio de la epidermis.